martes, 24 de junio de 2014

92:48

Hoy hace un mes. Hace un mes a estas horas, 12 horas antes del partido, muchos estábamos con los nervios a flor de piel. Se respiraba tensión y Champions en el ambiente. Muchos fueron a Lisboa, aun sin entrada, a animar a su equipo. Muchos se dieron la paliza de su vida por estar allí. Otros, menos pero más afortunados, lograron estar en el estadio. Todo estaba preparado. El Atleti tenía muchas ganas. Llegar a la final después de 40 años te motiva. Que la final sea contra tu máximo rival, mucho más. Pero el Madrid no se quedaba corto. Habían pasado DOCE años desde que se ganara la Novena. Los blancos no sólo querían volver a conquistar Europa. Querían vengarse por esa Copa del Rey que perdieron ante los rojiblancos. Querían ganarles el título más preciado en su cara. Ellos habían obtenido la Liga. Pero la Champions tenía que ser nuestra.

Los rojiblancos llegaban al límite pero con ganas. El Madrid, que hacía ya unas jornadas sabía que no lograría el triplete, llegaba más preparado. No me gustó que los blancos dieran la Liga por perdida antes de tiempo, pues si ante Valencia y Valladolid hubieran puesto un poco más de su parte, seguramente ahora podríamos estar hablando de Triplete y no de Doblete.

Estaba claro que los de Chamartín iban a salir a por todas. Y así lo hicieron. Intentaban llegar, pero el Atleti no lo ponía fácil. Y es que nadie dijo que ser Rey de Europa iba a ser un juego de niños. Ambos equipos desempeñaron bien sus papeles pero me resultó un tanto... ¿raro? el partido, pues el Madrid podría haber dado mucho más de sí. Creo que estuvo equilibrado en el sentido de llegadas a puerta, ocasiones... Pero el Madrid podría haber peleado mucho más. No sé, me esperaba algo más siendo una final. Una final que no dejó indiferente a nadie, pues hubo a quien le pareció un partido aburrido y otros que pensaron que fue grandioso. Para mí fue estresante.

Ese día decidí verlo en casa con mi chico, los dos solos. Y creo que fue lo mejor. Desconecté de todo. Me mensajeaba con la gente en los descansos. Los del Manzanares se adelantaron pasada la media hora de partido. Fue un "churrigol", fruto de un "gilicorner" con cagada nuestra. El tiempo pasaba y yo sólo podía pensar: "como nos ganen la Champions con ese churrigol es para darles de hostias". Pero algo había en mí que no me hacía perder la esperanza. Sabía que esto no estaba perdido hasta que el árbitro pitara el final.

En la segunda parte más de lo mismo. Pero aunque mis uñas (cortadas a propósito para ese día) arañaban el sofá y de mi boca salían toda clase de improperios, no perdí jamás la fe. Sabía que "el milagro podía ocurrir". Y entonces, el árbitro añadió 5 minutos al final del segundo tiempo. Algunos, los antimadridistas, hablaban de robo, pero no tienen en cuenta las pérdidas de tiempo de sus jugadores al mínimo roce ni los CINCO cambios que se hicieron en esa parte, ni todas las faltas con sus tarjetas que también hay que contabilizar a la hora de añadir en el descuento. En concreto se sacaron 4 amarillas, 4 tarjetas que por su puesto se reclamaron y todo lo que eso conlleva. Creo que 5 minutos en el descuento no era nada descabellado.

Y entonces llegó. Ramos, de cabeza, nos daría la Champions. Y sí. Nos la dio el de Camas, porque todos sabíamos, no sólo los merengues, que el empate y su consecuencia de ir a prórroga, suponía la victoria para el Madrid. Y no lo digo porque vaya de prepotente, sino por lógica. Empatar y tener que jugar 30 minutos más suponía un mayor esfuerzo. Un esfuerzo que el Atleti, debido a su final de Liga, no iba a poder afrontar. El Madrid, por su parte, estaba más preparado físicamente. Minuto 92:48, gol de Ramos. Ya está. La Décima. ¿Robo? Aunque hubieran añadido sólo 3 minutos como se pedía, el gol fue en el 92:48. No hay réplica posible. No hay argumento válido. NO HAY EXCUSA. Gol de Ramos, que en este tramo final de Champions ha estado SOBERBIO. Y es así. Aunque a mí se me cayera el mito hace tiempo. Aunque me haya decepcionado por temas extra-deportivos. Cuando lo hace bien, se le reconoce. Y en este caso, y perdonen la expresión, lo hizo DE PUTA MADRE.

Ya estaba hecho. La Décima ya estaba aquí. Con el Atleti tocado física y moralmente (nos vino bien que Cholo se empecinara en meter a Costa con calzador y tener que cambiarlo en el minuto 9, porque Diego no estaba bien, y ahí Simeone la cagó), sin cambios, con Juanfran cojo (literalmente), el Madrid se metía de lleno otra vez en el partido. Y así llegaron los goles. Bale, en el 110, nos daba la Décima. 110. 1 gol y 10 Champions. No puede ser casualidad. 110. Tal vez sinónimo de la Undécima que podría venir (aunque es muy pronto para hablar de ello) de la bota del que pensaban que era un 0 a la izquierda para el Madrid. Todos enloquecíamos, para bien y para mal, según el color de tu camiseta. Pero esto no podía quedar aquí, y 8 minutos después Marcelo lograba el 3-1. Locura máxima. Doce años después, el Madrid reinaba en Europa. Pero faltaba la guinda del pastel. Penalti, que sí era, en el último minuto. Algunos dicen que no tendría que haberlo pitado por ser el minuto que era. Pero era penalti. Y CR7 se resarció con su gol. Celebración más que criticada por quitarse la camiseta y marcar musculitos. Pues me vais a perdonar, pero no lo veo para tanto. Se le critica porque es CR7, porque si esto lo hace cualquier otro con la selección española, no se le dice ni mu. Pero es CR7. Y esto es una final de Champions. Simplemente celebró todo, el gol, la victoria, la Décima... todo con SU AFICIÓN. En ningún momento hizo ningún mal gesto a los colchoneros. No fue a su zona, ni les miró si quiera. Simplemente fue donde SU afición a celebrar todo lo que ese minuto 120 suponía. Y no os quedéis con eso. No os quedéis con que sólo marcó UN gol. Porque no fue así. Esta Champions también le pertenece. Es el MÁXIMO GOLEADOR EUROPEO este año. La Champions no se gana sólo con un gol. CR7 en este partido estuvo presente en TODAS las jugadas. Sólo marcó un gol y de penalti. Sí. Pero porque en este partido no buscó ese ansia de marcar sólo él. Buscó el gol fácil, el pase seguro. Subió, bajó, defendió, atacó, por aquí y por allá. Y no lo digo sólo yo. Colchoneros acérrimos con sangre a rayas me lo han reconocido.

4-1 y se acabó. El Madrid ganaba la Champions. La Décima. Habrá toca-narices que dirán que no son diez, que son 6 Copas de Europa y 4 Champions. Da igual, seguimos siendo los que más tenemos de ambas. Nuestra Leyenda sigue creciendo. Aunque suene prepotente. Me da igual. Cuando tu equipo logra tanto, es normal que haya locura y disfrutes del momento. No hay lugar para la humildad en ese estado de éxtasis. O si no, que se lo pregunten a Varane, que lanzó el balón fuera del campo. No sé si aposta o sin querer, pero lo lanzó a la zona del banquillo colchonero. Si fue aposta, muy mal por él. Pero peor la reacción del Cholo, un tío hecho y derecho que lleva mucho más tiempo en este mundo que el joven francés. No debería haber ido cual macarra de barrio que apenas supera los 20 años de edad a por él, a su cuello. Eso pasa factura, y supongo que la temporada que viene Simeone se pasará los dos primeros partidos de Champions en la grada. Como Xabi Alonso que también fue sancionado por invadir el campo desde la grada y abrazar a sus compañeros. No sé cuánto le caerá, pero mínimo un partido. A veces creo que se deberían revisar las reglas y sus sanciones. Está claro que está mal invadir el campo, pero peor son otras acciones que ni siquiera han sido sancionadas. Oink, oink.

Desde aquí quiero dar las gracias. A todos. A los que estuvisteis en el campo. A los que estuvisteis en sus alrededores. A los que jamás se bajaron del carro. A los que desde casa, desde el bar, desde las bodas, comuniones y demás eventos típicos primaverales, desde el Bernabéu, desde el extranjero o desde otra galaxia. A todos. GRACIAS. Gracias por creer. Gracias por apoyar. Gracias por no desistir, por no rendirse, por darlo TODO.

Y gracias, por supuesto, a los jugadores. A todos. Sin excepción. Arbeloa con sus cojones de platino, Cristiano que tiró siempre del carro, Di María que fue nombrado MVP ese día, Ramos, Pepe, Xabi Alonso, Modric, Bale, Carvajal, Jesé... Porque nos gusten más unos u otros, todos son de este equipo. Y si cuando lo hacen mal se les critica, cuando conquistan un título se les agradece. Con cagadas o sin ellas. GRACIAS. A los que jugasteis. A los que animasteis desde la grada. A los que no pudisteis ir. A los que respondéis en el campo. A los que también respondéis fuera de él. A los que portáis esta camiseta. A los que lleváis el madridismo en las venas. A todos. GRACIAS. Por vengaros del BVB, del Bayern y del Atleti. Por saldar las cuentas pendientes de partidos anteriores. Por callar bocas. Por los zascas monumentales a todos esos antis. Por todo. Muchísimas gracias de corazón.

Ahora, a descansar unos días y a volver con ganas a por la siguiente temporada. Nos esperan muchos partidos, muchos encuentros, muchos dires y diretes, muchos títulos que defender, muchos momentos en los que defender al equipo, al club y a los jugadores.

¡VAMOS REAL, HASTA EL FINAL!


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