sábado, 10 de noviembre de 2012

Juanito inmortal

Fuengirola, Málaga, 10 de noviembre de 1954. En esa pequeña localidad nacía un niño que, al cabo del tiempo, sería eterno, inmortal y siempre recordado: Juan Gómez González, más conocido como Juanito.

Desde bien pequeño, los que le conocen cuentan que Juanito ya tenía un don para el balón. Comenzó en equipos de su localidad hasta que, en 1969 fue fichado por el Atlético de Madrid para jugar en las categorías inferiores. Su debut con el primer equipo tuvo lugar en la temporada 1972/73 ante el SL Benfica pero en una de sus primeras jugadas recibió una dura entrada que puso fin a su periplo en el club del Manzanares. Pasó por Segunda División y logró ascender a Primera con el Burgos CF, ganó el premio al mejor jugador otorgado por Don Balón y dejó magníficas actuaciones en los terrenos de juego que, estoy segura, a más de uno maravillaron aunque fuera de otro equipo. Poco a poco, Juanito se fue haciendo hueco en el mundo del fútbol como una gran figura, lo que llevó a equipos como el FCB y el ATM a querer incorporarlo en sus filas. Sin embargo, fue el club más laureado de todos los tiempos, el Real Madrid, el que logró ficharlo en diciembre de 1976 por 27 millones de pesetas (unos 162.273 €), una cifra astronómica en aquella época (hay que tener en cuenta que en los años 70 en España, el salario medio mensual era de unas 10.000 pesetas, es decir, unos 60 € aproximadamente). Fue jugador blanco durante diez gloriosas temporadas, desde 1977 hasta 1987, coincidiendo con conocidas figuras futbolísticas como Santillana, del Bosque, Camacho, el Buitre, Sanchís o Pardeza entre otros.

Juanito destacaba no sólo por su calidad, su rapidez, su habilidad con el esférico, su ingenio y su agudeza dentro del campo, sino también por su temperamento. Era un hombre que, como él mismo reconocía, le faltaban siempre tres segundos para pensar antes de reaccionar. Como yo digo, primero daba y luego preguntaba. Pero eso no le hacía, ni muchísimo menos, menos querido por la afición, una afición, que por cierto, cantaba y no pitaba a sus jugadores, una afición que estaba en las buenas, en las malas y en las peores, una afición que se contagiaba de ese espíritu de remontada y luchador que tanto emanaba el de Fuengirola.


Él mismo ya reconoció en más de una ocasión según cuentan los que compartieron parte de su vida con él, que si pudiera, estaría en las gradas con los Ultras Sur, cantando, animando y dejándose el alma apoyando a su equipo. Era un hombre que nunca se daba por vencido. No hay más que recordar aquella famosa frase que pronunció cuando, en un partido de ida de semifinales de Copa UEFA, el RM había perdido 3-1 frente a un poderoso Internazionale en San Siro. Pero Juanito, nuestro eterno 7, no se rendiría fácilmente. A la vuelta, el Madrid le endosó un glorioso 5-1 que hizo, no sólo que los blancos pasaran a la final, sino que todo el madridismo hiciera suya la ya inmortal frase del malagueño: "90 minuti en el Bernabéu son molto longos".

Juanito ganó muchos títulos: 5 Ligas, 2 Copas del Rey, 2 Copas de la UEFA, 1 Copa de Liga, 1 Trofeo Pichichi y 1 trofeo al mejor jugador español del año. Pero siempre será recordado por su actitud, su valentía, su coraje, su garra. Tan pronto como cometía una mala acción, rectificaba y se daba cuenta de su error. Hoy en día sería tachado de asesino, pero ni mucho menos lo era. La palabra, en mi opinión, es temperamental.

Por desgracia, el 2 de abril de 1992, tras presenciar un RM-Torino, cuando volvía a Mérida, murió en un accidente de coche, pero sólo murió en cuerpo, porque en alma Juanito es eterno. Desde entonces, en cada minuto 7 en el Bernabéu, la afición corea su nombre, le invoca, todos, al unísono cantan aquello de Illa, illa, illa, Juanito Maravilla. Y es que yo no pude disfrutar de él, pero sé que su apodo no viene porque sí. Era una delicia con el balón en los pies, un auténtico peligro para el rival. Tras diez años en el Madrid, y aunque luego pasó por otros equipos, tras varios percances que pudieron manchar su imagen, Juanito sigue siendo eterno, sigue siendo uno de nuestros más grandes estandartes, uno de nuestros más conocidos símbolos, Juanito tanto en vida como ahora, fue, es y será UNA LEYENDA BLANCA.


Hoy cumpliría 58 años, hoy justo el Madrid juega un importante partido ante un Levante que ya le hizo daño hace un par de temporadas alejándonos del título liguero. Hoy, como tantas otras veces, y aunque no sea en nuestro estadio, hay que invocar a la memoria de nuestro 7 eterno, de nuestro espíritu ganador, de nuestra joya. Espero y deseo que desde donde esté, no sólo nos dé fuerzas, sino que nos mande toda su energía positiva para poder ganar. Y no sólo eso. Espero y deseo que la vergonzosa actuación de la afición el otro día en el partido de Champions no se repita, porque si Juanito levantara la cabeza, desde luego seguro que pensaría "este no es mi Madrid", se llevaría las manos a la cabeza, saldría y comenzaría a gritar, a animar, y a intentar contagiarnos a todos con su magia. Porque así era, y así será siempre recordado.

Desde donde estés, sé que no nos dejarás nunca. Porque las LEYENDAS es lo que tienen, que jamás mueren.



JUANITO, SIEMPRE PRESENTE.

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